sábado, 23 de octubre de 2010

Relaciones estructurales.

“El coste del operativo desplegado para rescatar a los 33 mineros chilenos ha superado los 20 millones de dólares”.
(En este mundo de mierda donde todo se compra,
en este mundo de mierda donde todo está en venta,
no hay moneda que me pague ni uno solo de los ratos que contigo compartí (…)).
Millones de dólares aquí, millones de dólares allá, los términos monetarios están presentes en todos los ámbitos, todo tiene su precio establecido, la vida humana o la salud, la educación, el trabajo, incluso el amor.
¡Qué mejor negocio que el de la vida y su mantenimiento! Negocio por el cual, tarde o temprano, todos tendremos que pasar y desembolsar. Si contraes una enfermedad, necesitarás tratamiento y ¿quién te lo proporcionará? Unos amables señores que se han dedicado a investigar y desarrollar “pastillitas de colores”que te restablecerán inmediatamente. Su esfuerzo científico ha de ser recompensado, claro, las cosas no se hacen por amor al arte, las compañías farmacéuticas establecen tanto los precios “razonables” a sus descubrimientos como los lugares donde éstos se comercializarán. La selección de mercados no se hace, en contra de lo que el sentido común pudiese sugerir, dónde mayor cantidad de enfermos haya sino dónde más rentabilidad se pueda obtener. No sólo imponen sus precios y eligen los únicos mercados que harán subir sus acciones en la bolsa, sino que además combaten cualquier iniciativa que se tome fuera de ellas a través del sistema de patentes. En el marco de los derechos de propiedad intelectual relativos al comercio, Adpic, ya no es posible, en principio, fabricar un medicamento o comprarlo en el extranjero sin la autorización, contra pago de regalías, del propietario del invento, que conserva ese poder durante veinte años. Asimismo, pretenden conseguir un mayor acceso, gratuito y sin restricciones, a la flora de los países en vías de desarrollo, el conocimiento de cuyos genomas constituye una de las claves de los futuros medicamentos. Dicho de otro modo, pretenden disponer a su antojo de la materia prima y levantar protecciones cada vez más herméticas alrededor de los descubrimientos realizados a partir de esas plantas, volviéndolos inaccesibles para los países de donde esas plantas proceden. 
Eduardo Galeano plantea que no se entiende la historia del capitalismo sin entender la historia de la esclavitud, y parece ser que, aunque la versión oficial de ésta quedó abolida hace siglos, su versión oficiosa aún proporciona muchos beneficios. En el marco de las teorías de la dependencia, es evidente que para que unos países o individuos estén desarrollados o “forrados” otros han de estar subdesarrollados o “pelados”. Todos y cada uno de los sujetos de este planeta estamos interconectados e inmersos en la realidad holística de una economía-mundo CAPITALISTA que constituye la totalidad del sistema, un solo mercado universal. Ahora bien, la realidad de ese sistema mundo nos es filtrada a través de ideologías <<naciocéntricas>>, cuyo centro es la nación, que crean una serie de visiones opuestas y a menudo contradictorias. Este pensamiento impregna la política moderna generando multitud de protestas que pierden de vista que los procesos clave son aquellos que se producen en la escala de la realidad, más allá del Estado-nación. La globalización no significa poder comer hamburguesas es cualquier parte del mundo, lo que por otra parte es una gran ventaja, sino la creación de un mercado mundial, con las mismas pautas para todos, en beneficio de unos pocos. Un ejemplo de este panorama globalalizado lo constituyen las ciudades españolas dedicadas a la explotación minera. Cuando empezó la “terrible recesión económica”y el gobierno suspendió las ayudas destinadas al sector, sus habitantes se mostraron preocupados por el futuro de las minas, ya que el cierre de las empresas mineras, que empleaban a un alto porcentaje de la población local, tendría importantes repercusiones negativas en la comunidad. Ante las presiones recibidas, el gobierno español, reanudó las ayudas que anteriormente había cancelado. Se trata, pues, de una medida “ideológica” porque supone sólo una visión parcial del problema, puede que proteja el empleo a corto plazo, pero no resuelve la situación de la minería española a merced de la oferta y la demanda del mercado global. De la misma manera la huelga general en Francia contra la reforma de las pensiones aborda el problema desde una perspectiva local sin tomar en cuenta el contexto global en el que estas reformas están siendo planteadas. Un contexto de recortes "dolorosos" en gastos públicos para tratar de afrontar el déficit imperante que se traduce en la consolidación de un  sistema liberal para el que los antiguos Estados de bienestar suponen una traba, los derechos de acceso univeral están pasando a la historia dejando paso a la competencia sin límites, al beneficio total de los de siempre, de los eternos tradicionales.

martes, 12 de octubre de 2010

Divagaciones sobre el sistema de trabajo.

El jardinero fiel puede ser considerada una película de denuncia más, como cualquier otra, entretenida sí pero no trascendental. Unos buenos actores, Rachel Weisz de notable/sobresaliente, buena fotografía, polémico argumento, grandes multinacionales farmacéuticas, con sus marcas de pastillas de colores en Kenia, obligando a la población a ser conejillos de indias para ahorrarse millones de dólares( la frase millones de dólares siempre es recurrente, aparece alrededor de 4 veces en la película, millones de dólares por aquí, millones de dólares por allá, interesante, pero eso es otra historia...) con el consentimiento de gobiernos occidentales, Inglaterra en este caso, que obtienen "millones de dólares" en calidad de sobornos por su consentimiento y silencio y, bueno, podía quedarse en eso, en una buena película para un domingo lluvioso. 
Pero, en este caso, lo que me ha llamado la atención es el papel de Tessa en la vida del "jardinero". El hombre pasa los días cuidando sus plantitas, sus semillas de Capuchina, soñando con un mundo sin malas hierbas, es diplomático y no se entera de la misa la media, Babia es su residencia y, de pronto, aparece ella con sus investigaciones y revoluciones y le abre al mundo (No se sabe si era mejor que se hubiese quedado cultivando gladiolos...) Destruye su mundillo tranquilo, rutinario, de personajillo gris en el que está inmerso y le da otra dimensión. De hecho, a partir de la mitad de la película, se ve otro personaje, más dinámico, con carácter y no el tontín de las Capuchinas, con todo mi respeto a las semillas, por supuesto.
Es lo que necesitamos, por lo menos yo, iniciativas que nos despierten, que nos desmomifiquen, que nos saquen de las rutinitas diarias de comer, dormir, ir a la universidad, escuchar monsergas, que nos impacten incluso que nos lleguen a molestar, pero que nos hagan movernos, avanzar...
Esto significa para mi( muy muy metafóricamente) hacer un blog, un trabajo serio en equipo, en definitiva, seguir el sistema de trabajo de la asignatura, una cruz, al menos al principio, pero que servirá para salir del letargo.



domingo, 10 de octubre de 2010

Rosa de los vientos.



Poder como relación, posesión, capacidad, probabilidad, poder político, económico o militar, en definitiva, un concepto que todos desean y, al alcanzarlo, tratan de incrementar o como mínimo conservar.

¡La conservación! Un ejemplo muy interesante del espíritu de conservación lo constituye el modo en que se efectuó la transición española desde la dominación autoritaria. El desequilibrio de poder del cual surgió, junto con la continuidad simbólica que representaba el rey, hicieron posible un alto grado de continuidad material y personal con los grupos previamente identificados con el régimen de Franco y que ocupaban posiciones claves en su aparato estatal, como por ejemplo las fuerzas armadas, el poder judicial, los servicios de inteligencia, la policía, las diversas burocracias nacionales, los gobiernos provinciales y municipales. Las garantías ofrecidas a la clase política franquista y a los poderes de hecho dieron como resultado una transferencia fragmentaria y parcial de las lealtades de un régimen a otro. Un sector del grupo dominante anterior se integró en el nuevo régimen a través de AP y de UCD en particular.
¡Seguían siendo los mismos! Unas reformas más, un dictador menos, pero todos en el mismo puesto, abrochados con cinturón al asiento de diputados listos para despegar a la siguiente aventura, la “democracia”. Pero nuestro amor por la tradición y la conservación va más allá, se retorna hasta prácticamente el siglo XIV con la Casa de Alba, el infantado de Medina-Sidonia y de Béjar o los marqueses de Cuéllar, algunos de ellos presentes aún hoy en día en alguna que otra tertulia "rosa".

No es de extrañar, entonces, que nos cause un profundo pesar desprendernos del carbón, caro y de baja calidad, que potencia la posición de poder y la riqueza de algunos de los nuestros, de los de siempre, de los tradicionales, Victorino Alonso, que ha absorbido y fusionado en Uminsa los grandes nombres de la minería berciana del siglo XX y Manuel Lamelas Viloria, dirigente de Alto Bierzo S.A. Un carbón escasamente competitivo cuya inevitable extinción el presidente Zapatero, tirando de nostalgia, raíces y millones, ha tenido que prorrogar hasta 2014, cuando su fecha prevista de finalización era diciembre de este año, a través del plan español de ayuda al sector del carbón. Este plan supone que las centrales térmicas españolas que consuman carbón nacional  volverán a recibir las ayudas públicas, incentivos económicos, que previamente habían sido suprimidas, como es la compra de la electricidad que produzcan a un precio fijo. El acuerdo alcanzado permite que las cuencas mineras de Castilla y León recuperen una cierta tranquilidad después de las movilizaciones de los últimos meses y la suspensión del pago de los salarios a los trabajadores de los grupos de Victorino Alonso y Viloria.

Ante semejantes sinsentidos surge la interesante pregunta, ¿Qué hay detrás de las decisiones que toma un gobierno?
Un sistema político a través de los outputs que emita desde las instituciones que lo constituyan debe, en primer lugar, respetar las normas o reglas del juego, y, en segundo lugar, distribuir de manera obligatoria los valores predeterminados sobre los que ese sistema se asienta. En nuestro caso, el título preliminar de la Constitución de 1978, en el artículo 1.1 establece como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, además de declarar la existencia de un Estado social y democrático de derecho.
A primera vista, no parece que sean esos valores los que inspiren las políticas sociales o económicas de nuestro gobierno ni tampoco que España pueda clasificarse como Estado social y democrático de derecho o como un Estado que intervenga a fin de controlar el proceso económico y obtener de él recursos para financiar una acción social que asegure derechos y servicios públicos de acceso universal para toda la sociedad. Ahora bien, en el caso de que lo hiciese, ¿de dónde sacaría el dinero necesario?
Desde luego, una buena parte procede de los impuestos pero los gobiernos gastan a menudo mucho más de lo que consiguen con los impuestos de sus ciudadanos, y por eso se ven obligados a pedir prestado o emitir deuda soberana que será comprada, en su mayoría, por grandes firmas bancarias como el Banco Santander o el BBVA.
Es evidente que los banqueros internacionales que han prestado centenares de millones a los gobiernos de todo el mundo disponen de considerable influencia en las políticas de esos gobiernos, monopolios en bancos estatales, recursos naturales, concesiones petrolíferas o transportes. Gobiernos en manos de entidades financieras a las que poco o nada interesan los servicios públicos de acceso universal, el que tenga dinero que los pague, como hacen ellos.
Esto es, ni Estado social, ni democrático ni, apurando, de derecho.

Dentro del juego de la deuda pública, las agencias de calificación financiera son entidades “independientes”, es decir, independientemente de la verdad darán las opiniones más favorables para el mejor postor, que se ocupan de valorar la solvencia presente y futura de una institución que emite cualquier activo financiero, para ofrecer un cierto nivel de garantías de que esa empresa será capaz de afrontar el pago de los intereses, bonos o cupones y la amortización del capital principal en el momento pactado. Estas valoraciones sirven para atribuir un nivel de riesgo a las posibles inversiones y potenciar la compra de determinada deuda y la marginación de otra.De esta manera, Moody’s, ha castigado duramente la calidad crediticia de España o Grecia, sin penalizar la deuda de Estados Unidos, el epicentro de la crisis. Así, ha rebajado la nota de la calidad crediticia del Estado español de AAA, la máxima solvencia, a Aa1, lo que sigue indicando un nivel alto de garantía pero nos avisan, cuidado, hay que reducir, ¿el qué? El Déficit, ¿cómo? recortando el gasto, de donde sea, ahora bien, la minería ¡intacta!. Bien, entonces, de las políticas sociales, a pesar de que España ha sido, en los últimos años, uno de los países de la UE que menos ha gastado en protección social. Reducción de pensiones, reforma laboral, menos ayudas a la educación, interesante aumento de tasas universitarias, entre otras. Así la necesidad de trabajar dónde sea y en cualesquiera condiciones aumentará y el margen de beneficio por los bienes producidos también, podremos seguir perpetuando las relaciones de poder que nos persiguen desde allá por el siglo XV.
      Y, amigo, a LOS JÓVENES, en su mayoría, NO LES INTERESA LA POLÍTICA. Con diversos entretenimientos, medios masivos o shows televisivos, se mantienen ocupados(una preocupante mayoría),al margen, sin pensar demasiado en la realidad y, mucho menos, en la realidad política. La tragedia de Belén Esteban y su divorcio, Gran Hermano y su millón de ediciones o la magnífica serie Física o Química son su realidad y ni siquiera se plantean el ir más allá...