domingo, 28 de noviembre de 2010

Nike: nada de juegos, solo deporte...

El astronómico crecimiento de la riqueza y de la influencia cultural de las empresas multinacionales que se ha producido durante los últimos quince años tiene su origen en una idea única, y al parecer inofensiva, que los teóricos de la gestión de empresas elucubraron a mediados de la década de 1980: que las empresas de éxito deben producir ante todo MARCAS y no productos.

Hasta entonces, aunque el mundo empresarial entendía la importancia que tiene dar lustro a las marcas, la principal preocupación de todos los fabricantes serios era fabricar artículos. Esta idea era el evangelio de la era industrial, <<se trataba de la proposición de que la función básica e irreversible de una economía industrial es la fabricación de cosas: que mientras más cosas fabrique, mayores serán los ingresos, ya sea en términos de dólares o en términos reales (...)>>.

Hacia 1980 apareció un nuevo tipo de organización que disputó a las antiguas compañías su cuota de mercado: empresas de tipo Nike y Microsoft, y más tarde las del tipo Tommy Hilfiger e Intel. Estos pioneros plantearon la osada tesis de que la producción de bienes sólo es un aspecto secundario de sus operaciones, y que gracias a las recientes victorias logradas en la liberación del comercio y las reformas laborales, estaban en condiciones de fabricar sus productos por medio de contratistas, muchos de ellos extranjeros. Lo principal que producían estas empresas no eran cosas, según decían, sino imágenes de marca, venta de una idea...

Este cambio de dirección tendría mucho que ver con lo que algunos han llamado capitalismo cognitivo. El capitalismo inmaterial, sin peso, la <<sociedad de la información>>, la net economy, la <<Nueva Economía>>, la Knowledge-based Economy, la revolución tecnológica de las NTIC, son otras tantas formas de nombrar la citada transformación. La división vertical del trabajo, el carácter casi universal de la ley de los rendimientos decrecientes, la separación de la fuerza de trabajo de la persona del trabajador, el paradigma del valor como transformación y gasto de energía muscular, la escasez, la usura y el deterioro de los bienes y de los servicios, la divisibilidad de los factores, la ley de la entropía generalizada y del deterioro de los bienes por su uso (...) todos estos rasgos que formaban el horizontes de la economía política clásica y neoclásica, hoy día están más que cuestionados. De la misma manera, se hace muy difícil justificar los derechos de propiedad tal como fueron construidos al comienzo del capitalismo industrial. Da fe de ello la impresionante lista de los enfrentamientos recientes en el ámbito de la extensión de las patentes- el genoma humano, la vida natural, la vida modificada, los medicamentos(...)- en los derechos de propiedad intelectual. La clave en la producción de valor es el conocimiento, las ideas. Lo que produce valor es la fórmula química de una determinada vacuna no el hecho de multiplicar su producción, todos podemos tener acceso a la vacuna, pero no a la idea, protegida por la patente. Caso similar el de la Coca-Cola, el eterno debate sobre los componentes químicos del producto, de su fórmula, quién más, quien menos, consume una botella de Coca-Cola a la semana pero ninguno de sus consumidores accederá a su composición, a su patente, a la idea originaria. No se trata ya de producir muchas zapatillas sino de producir zapatillas Nike, de vender ideas que constituyen nuestra subjetividad, el capitalismo actual ha incorporado nuestras dinámicas vitales a la fábrica de productividad...
"-¿En qué crees que piensa esa mujer?
-Bueno...veamos, ya lo sé...ah, piensa en lo que quiere de la vida, qué va a conseguir y cómo va a hacer todo eso, bueno las mujeres pensais mucho sobre esas cosas, incluso sorprende cuánto(...)
-Quizás correr le de tiempo para distanciarse de todo eso, es posible que le ofrezca algo que no conseguiría en otra parte, mírala me gustaría ser como ella, parece libre ¿no crees? nadie la juzga, no tiene un jefe absorvente, ni problemas con el sexo opuesto, ni juegos que tenga que coordinar...
-Oh, eso me gusta, sin juegos, es lo mejor...
-Sería agradable vivir así...hum (...)

Nada de juegos, ¿cómo puedo incluirlo?...Está corriendo, es temprano y sólo se oye el sonido de sus zapatillas sobre el asfalto...Le gusta correr sola, sin presiones, sin estrés...es el único momento donde es ella misma...Tiene el aspecto que quiere, viste como desea, piensa en lo que más le gusta...Nada de juegos, sin reglas, juegos, deportes (...) Jugar según las reglas, corre se divierte frente a juega, jugar según las reglas, se divierte frente a juega...


NIKE,
Nada de juegos, solo deporte.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

PASTILLAS PARA NO SOÑAR.

Si lo que quieres es vivir cien años
no pruebes los licores del placer.
Si eres alérgico a los desengaños
olvídate de esa mujer. 

Compra una máscara antigás,
manténte dentro de la ley.
Si lo que quieres es vivir cien años
haz músculos de cinco a seis.

Y ponte gomina que no te despeine

el vientecillo de la libertad.
Funda un hogar en el que nunca reine
más rey que la seguridad.
Evita el humo de los clubs,
reduce la velocidad.
Si lo que quieres es vivir cien años
vacúnate contra el azar.

Deja pasar la tentación
,
dile a esa chica que no llame más
y si protesta el corazón
en la farmacia puedes preguntar:
¿Tiene pastillas para no soñar?

Si quieres ser Matusalén,

vigila tu colesterol
si tu película es vivir cien años,
no lo hagas nunca sin condón.
Es peligroso que tu piel desnuda
roce otra piel sin esterilizar,
que no se infiltre el virus de la duda
en tu cama matrimonial.

Y si en tus noches falta sal,

para eso está el televisor.
Si lo que quieres es cumplir cien años
no vivas como vivo yo.


(Estribillo).

Friedrich Nietzsche, cuando percibió que la civilización occidental se movía en dirección al <<último hombre>>, una criatura apática sin grandes pasiones o compromisos, incapaz de soñar, cansada de la vida, que no asume riesgos, que sólo busca su comodidad y seguridad escribió:
<<Un poco de veneno de vez en cuando produce sueños agradables. Y mucho veneno al final, para tener una muerte agradable. La gente continúa trabajando, pues el trabajo es un entretenimiento. Más procura que el entretenimiento no canse. [...] La gente tiene su pequeño placer para el día y su pequeño placer para la noche, pero honra la salud. "Nosotros hemos inventado la felicidad", dicen los últimos hombres, y parpadean>>.
Sabina no es Nietzsche, pero ahí le anda...

martes, 9 de noviembre de 2010

Relaciones estructurales II.

La defensa que hace la economía ortodoxa del libre comercio puede explicarse como un reflejo de las ventajas estructurales que tienen las potencias del centro, sobre todo las hegemónicas, en la economía-mundo. Al ser los productores más eficaces, los Estados hegemónicos del centro fomentan la <<libertad económica>>, puesto que saben que sus productores pueden derrotar a otros en una competencia abierta: el mercado favorece a los productores eficaces, los cuales se concentran, por definición, en el Estado hegemónico. Es algo más que una ventaja acumulativa: el sistema se basa en la desigualdad porque ésta forma parte de su funcionamiento.<< Aunque unos cuantos renacuajos sobrevivan y se conviertan en ranas adultas, la mayoría morirán, no por sus limitaciones individuales sino porque son parte de un sistema ecológico que pone límites al número total de ranas. Del mismo modo, aunque todos los países adopten políticas perfectas para progresar económicamente (mercantilismo, proteccionismo o libre mercado), no todos ascenderán a la categoría de países del centro. Para que haya centro es preciso que haya periferia y si no existen las dos no habría economía-mundo>>.
 
Pero, ¿cuál es el mecanismo que mantiene vigente la estructura centro-periferia?
Antes de mediados del siglo XIX no había una gran diferencia entre los distintos sectores de la economía-mundo respecto a los salarios de los productores directos, mientras que actualmente la diferencia es considerable. Es necesario partir del concepto de <<mercado laboral>>. La aparición de la economía-mundo tuvo, al principio, como consecuencia una liberación de la mano de obra en los países del centro, en virtud de la cual los hombres podían trabajar para quien quisieran. Pero esta libertad no servía de mucho cuando no había suficiente trabajo o cuando los patronos establecían la cuantía de los salarios. El mercado laboral, al principio, funcionaba sobre la base de relaciones entre individuos, por lo que la parte que tenía más poder en los acuerdos, el patrono, podía imponer los salarios más rentables a sus intereses. En esta situación proliferaban los llamados "salarios de subsistencia" y, en general, éste era reflejo del precio del pan, el cual constituia la mitad del gasto de un hogar. El objetivo era que los trabajadores se mantuvieran y reprodujeran, sin más. Ocurrió que, los economistas no pudieron excluir los salarios del orden del día político. Éstos puedieron subir por encima del nivel de subsistencia por determinadas circunstancias, Marx aludía a un <<elemento moral e histórico>> que sobrepasaba el ámbito del mercado, con él hacía referencia a temas como las diferencias en el clima y en los hábitos de consumo, entre otras cosas, pero, fundamentalmente, la unión de los trabajadores, cuando se produjo, les permitó negociar desde una posición de fuerza en el mercado laboral y obtener algo más por su trabajo que la mera subsitencia. Por lo tanto, los salarios de subsistencia dejaron de ser naturales, y el tema de la cuantía de los mismos pasó a ser negociable. Con la extensión del derecho de voto los gobiernos empezaron a hacer más concesiones a los trabajadores, que culminaron con el Estado del bienestar a mediados del siglo XX. La presión política para que aumentaran el bienestar de la clase dominada sólo tuvo éxito en los países del centro y en algunos países de la semiperiferia. En consecuencia, en el centro los salarios son "altos" y en la periferia los salarios son bajos. 

Ahora bien, ¿cómo contribuye esta diferencia a mantener la estructura actual de centro y periferia? 
Aquí es donde interviene el INTERCAMBIO DESIGUAL. En todas las transacciones realizadas entre el centro y la periferia los precios son los del mercado mundial, que se basa en la desigualdad: los artículos de la periferia son baratos y los del centro son caros. <<Cuando un consumidor alemán compra cacao de Ghana, en el precio se incluyen los bajos salarios de Ghana. Cuando un consumidor de Ghana compra un coche alemán, en el precio se incluyen los elevados salarios alemanes. No se trata exclusivamente de diferencias de tecnología sino que la diferencia fundamental es la fuerza relativa del trabajador alemán en comparación con la del trabajador ghanés>>. En el proceso del intercambio desigual se combina la lucha de clases, a escala estatal, con la lucha centro-periferia, a escala global, para producir el desarrollo desigual tan característico de nuestro mundo. Pero no solo eso, se combina, también la lucha/competencia entre los países de centro por vender sus productos a la perifería, se plantea la cuestión de quien será más avispado que consiga, dentro del beneficio, reducir al máximo posible el precio de sus mercancias, ¿China devaluando su moneda? ¿EEUU bailando en India?

Finalmente, es necesario destacar la importancia fundamental de los hogares en el citado intercambio desigual. Se han creado en cada zona distintos tipos de unidades domésticas que se acomodan a la cantidad de recursos de que disponen. Los hogares proletarios obtienen la mayoría de sus ingresos del trabajo asalariado, nacieron a merced del Estado de bienestar desarrollado en los países de centro en la primera mitad del siglo XX. A medida que los productores directos ganaban salarios más altos, se creó una nueva forma de hogar que giraba en torno a la familia nuclear. En la forma ideal de este nuevo tipo de unidad doméstica el marido se convierte en el único que gana el pan, la mujer en el ama de casa y los niños son estudiantes a tiempo completo. Mientras tanto, en la periferia los cambios económicos hacían que se reafirmara un tipo de hogar muy diferente, denominado semiproletario porque los salarios sólo constituyen una parte minoritario de los ingresos de la unidad doméstica. En esta zona de salarios bajos no es posible que haya una única persona que gane el pan, por lo que los otros miembros de la unidad doméstica tienen que contribuir con diversos tipos de ingresos para sobrevivir. << En la división de trabajo en África las diversas zonas geográficas ofrecen oportunidades muy distintas para hombres y mujeres. En las islas de desarrollo, que producen artículos para la economía-mundo, gran parte del trabajo es realizado por hombres que han emigrado de la zona de subsistencia; estos productores directos aportan el principal componente salarial a los ingresos de un hogar, mientras que los demás miembros de la unidad permanecen en la zona de subsistencia, donde la mayor parte del trabajo lo realizan las mujeres sin recibir un salario a cambio. Se necesita el dinero de los emigrantes para pagar los impuestos y comprar algunas cosas en el mercado, pero la mayoría de lo que se necesita cotidianamente  se produce en el seno de la propia unidad doméstica. Es esta actividad de subsistencia la que hace posible que a los hombres emigrantes se les pague unos salarios tan bajos; de modo que, efectivamente, las mujeres de la zona de subsistencia está subvencionando el trabajo que los hombres realizan en las zonas de producción para la economía-mundo>>. Esto es, se separan los costes de reproducción de los costes de producción para el mercado mundial. Así pues, las actividades necesarias, como criar hijos para que exista una próxima generación de trabajadores o el cuidado de la anterior generación de trabajadores al término de su vida laboral, no se reflejan en el precio de los artículos producidos en la periferia en la misma medida que en los artículos producidos en el centro. Por tanto, los que compran en la periferia productos del centro pagan un precio que contribuye al bienestar de los productores directos del centro, en tanto que los que compran en el centro productos de la periferia no contribuyen en la misma medida al bienestar de los productores directos de la periferia. En consecuencia, el patriarcado ha sido moldeado en contextos diferentes para generar el intercambio desigual. 
Fenómenos como la incorporación de la mujer al mundo laboral o la emancipación de los hijos entorpecen esta red tan lógicamente creada. Si se rompe la ecuación, una familia, un salario, si por cada familia es necesario desembolsar tres salarios incluso (sin poder rebajarlos por las presiones político-sindicales) los beneficios se está reduciendo considerablemente, hay que recortar en otro lado ¿dónde? En los DERECHOS.